Nico gana, Lewis se salva

Si había alguna duda antes de la carrera sobre si el ritmo de carrera de Red Bull y Ferrari podría poner en peligro la victoria de Nico Rosberg, se disipó en cuanto se apagaron los semáforos. 3 de los 4 rivales del alemán se autodestruyeron en la primera curva y el triunfo nunca estuvo en duda. La mala noticia para él fue que, como ocurriera en aquellos dos fines de semana de 2014 en que Lewis Hamilton comenzó desde la última posición, el británico consiguió remontar hasta la tercera plaza final. La ventaja del #44 se reduce a 9 puntos, pero ya no hay más penalizaciones en el horizonte. Paradójicamente, el cuarto título está hoy más cerca que ayer.

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Domingo, 28 de agosto. Un hombre cogió el periódico y trató de ponerse al día de todo lo que se había perdido durante este período de canícula, que él había aprovechado para disfrutar merecidamente de unos cuantos días tostándose al sol en la playa más cercana. Sus vacaciones estaban llegando a su fin, y tocaba volver a la rutina. Ah, un acuerdo de investidura de Gobierno. Oh, el PIB vuelve a crecer. Anda, si ha vuelto la liga de fútbol y los grandes las pasan canutas. Mira, aquí en ‘Motor’ dice que «por fin una carrera». ¿Cómo? ¿»Por fin una carrera»? El último recuerdo que ese hombre tenía de la Fórmula 1 era que Mercedes arrasaba, arrasaba y volvía a arrasar. Pero más allá de un titular un pelín tendencioso y exagerado (si no, no sería un titular), lo cierto es que no faltaba razón: el Gran Premio de Bélgica prometía ser una carrera con numerosos candidatos a la victoria. Pues bien, apenas 400 metros después de arrancar, ya teníamos vencedor.

Vettel, por fuera, se cierra demasiado y deja sin sitio a Räikkönen y Verstappen. (Fuente: Formula1.com)

La Source hizo honor a su nombre y de esa fuente emanó lo que sería el resultado de la carrera. Una primera curva tan cerrada que parece diseñada expresamente para provocar problemas en la salida, y así fue en 2016. Nico Rosberg tenía una pole más apurada de lo esperado; el héroe «local», Max Verstappen, partía a su lado con unos neumáticos superblandos que nadie quería; los Ferrari de Kimi Räikkönen y Sebastian Vettel creían tener mucho que decir desde la 2ª línea; y Daniel Ricciardo, desde la 5ª plaza, andaba expectante. Por si fuera poco, Lewis Hamilton, desde la ultimísima fila, podría ser un candidato si algunas cosas se daban bien. Y cuando Charlie Whiting lanzó a los coches, todo cambió en cuestión de segundos. Max, que tenía que hacer valer el superior agarre de sus SS, tuvo una floja arrancada y rápidamente se vio superado por Räikkönen. Pero el holandés no es la sensación del deporte por nada: en la frenada se lanzó al interior de Kimi con un maravilloso movimiento, mientras Vettel frenaba aún más tarde por el exterior. Entraron de a tres, pero Sebastian dejó sitio sólo para dos. Cuando quiso tomar el vértice se topó con el alerón de su compañero, quien a su vez rebotó y destrozó el de Max. El #5 trompeó y desató el caos. Algunos pilotos tuvieron que irse por fuera, otros se quedaron por dentro y ganaron innumerables posiciones, mientras que Verstappen iba más por fuera que por dentro mientras regaba el asfalto de trozos de su alerón delantero. Carlos Sainz, que había subido a la P8, sufrió la explosión del neumático trasero derecho y puso aún peor la pista. Era necesario un Safety Car virtual.

El parte de heridos y bajas era dantesco: Verstappen cayó a P17 con su primera parada para cambiar el morro y puso el único set de neumáticos medios que se había dejado para hoy; Vettel entró a reparar los daños y salió 16º con blandos nuevos; Räikkönen sustituyó su frontal mientras las llamas asomaban de su fondo plano: se reincorporó 19º y con gomas superblandas usadas (!). Felipe Nasr también visitó los pits, mientras Pascal Wehrlein, Jenson Button y Marcus Ericsson, además del propio Sainz, decían adiós. Los grandes progresos los habían hecho Nico Hülkenberg (de 7º a 2º), Felipe Massa (de 10º a 4º), los Haas y los Renault y por supuesto Hamilton y Fernando Alonso, que evitaron el caos y con sus M nuevos ascendieron a P11 y P13. El VSC era una ventana fantástica para detenerse en boxes si llevabas superblandos (Williams, Force India), pero el timing del mismo fue muy ajustado y sólo Massa acertó en detenerse y poner S. El líder, como es habitual, era totalmente ajeno a las desventuras tras de sí: cuando se «marchó» el VSC, Rosberg empujó y se distanció fácilmente de un Hülkenberg que no sufrió ninguna acometida de Ricciardo con el Red Bull, que marchaba a unos distantes 6 segundos, con Kimi doblado de por medio. Extraño. Los tiempos ya comenzaban a mostrar la degradación de los SS en el #27 en apenas la 5ª vuelta cuando llegó el segundo momento decisivo del Gran Premio. Kevin Magnussen, persiguiendo a su compañero Jolyon Palmer y afrontando una carrera en la que los Renault podían sumar buenos puntos, perdió aparatosamente el control al subirse demasiado al piano en el Raidillon. A 300 km/h, Eau Rouge demuestra lo peligrosa que sería si no fuera fácilmente a fondo. El danés se estrelló brutalmente contra las protecciones, haciendo salir disparado el reposacabezas (algo que la FIA debería vigilar para futuros accidentes) y destrozando su RS16. Kevin salió con una leve cojera, el susto en cuerpo y aparentemente tan solo un corte en el tobillo que no debería impedirle estar en Monza. Safety Car.

Así acabó el Renault de Kevin Magnussen tras estrellarse contra las barreras en el Raidillon. (Fuente: bbc.co.uk)

Si el VSC anterior era ya un canto de sirena para que aquellos con SS parasen, el SC no podía decirlo ya más claro: hagan su pit stop ya. Sin embargo, usando el pensamiento lateral, lo que era una decisión obvia se transformaba en algo mucho más complicado. Las barreras de la curva 4 estaban totalmente destruidas. Una carnicería similar en Silverstone 2014 llevó a una bandera roja, y el ejemplo más reciente de Australia indicaba lo mismo. Si recordamos la inteligente maniobra de Haas aquel día, ahorrándose un pit stop con SC para cambiar las ruedas «gratis» con bandera roja, la duda asaltaba: ¿y si nos quedamos en pista con nuestros neumáticos gastados hasta que se suspenda la carrera y los cambiamos sin perder tiempo? La contrapartida era evidente: si no había bandera roja y no hacías la parada en boxes, tu carrera estaba literalmente acabada. El atrevimiento daba enormes beneficios… o enormes pérdidas. Los que iban con SS no se quisieron arriesgar y todos pararon (Force India, Bottas, Räikkönen), aunque Williams pareció estar estudiando un segundo golpe táctico maestro consecutivo cuando Valtteri no enfiló la calle de boxes… pero paró en el siguiente giro (algo aún peor) y confirmó que la breve inspiración del muro británico había llegado a su fin. Los que marchaban con S tenían motivos para dudar: si se iba el SC todavía podrían estirar algunos giros sus gomas (Rosberg, Ricciardo, Kvyat), pero otros no lo vieron así y se detuvieron (Haas, Palmer, Ocon). Finalmente, los que calzaban M sonrieron a la diosa Fortuna: ellos tenían todavía goma de sobra y no tenían que parar. Cuando salió la bandera roja, Alonso y Hamilton se encontraron de repente en la P4 y P5 y listos para cambiar neumáticos. Un golpe de suerte.

Era la vuelta 10, y ahora se abría otro interrogante: ¿podría llegarse al final con sólo una parada más? La respuesta sólo podía ser un «sí» rotundo si se calzaban dos juegos de medios… curiosamente la elección que ayer avanzábamos que tenían Rosberg y Force India. Rosberg y Pérez los pusieron sin dudarlo. Sólo Hülkenberg se saltó el plan y mantuvo los S que acababa de montar bajo SC, enfrentándose a la segunda mejor estrategia, que parecía más complicada: S-M en las 34 vueltas restantes. Esta última fue la elección de casi todo el mundo, salvo Verstappen y Kvyat, que decidieron iniciar con el M y luego cambiar a otro compuesto. En definitiva, una mezcolanza entre blandos y medios (nadie se atrevió con el SS, claro) que llevaría a más acción cuando se retomó la carrera. Rosberg se alejó de nuevo de Hülkenberg, a quien poco a poco daba caza un Hamilton que ya se había desembarazado de Alonso. En la vuelta 18 se consumó lo que nos temíamos: a pesar de que en la salida todo estaba de cara para que Nico por fin sumase su primer podio en F1, lo de Magnussen confirmó que hoy tampoco sería ese día. Lewis le pasó con facilidad. Ya era 3º. Increíble.

Una nueva edición del duelo entre Max y Kimi: el finés acabó una vez más descontento con el proceder del #33. (Fuente: Formula1.com)

Más atrás, en concreto en la pelea por la P14, Max Verstappen y Kimi Räikkönen se encontraban de nuevo dos carreras después. El holandés, que iba con los medios desde la vuelta 2, iba a ser sobrepasado por Kimi, pero entonces volvió a hacer uso de sus polémicas artes defensivas. En esta F1 cuesta ya discernir qué es legal y qué no, pero viendo las normas y que ni siquiera fue investigado, entendemos que Max actuó correctamente. El #33 esperó a que Räikkönen se moviese y justo en esa décima de segundo después de iniciar la maniobra de adelantamiento pero antes de que el alerón delantero del Ferrari se pusiese a la altura de la trasera derecha del Red Bull, Verstappen cerró la puerta. Kimi tuvo que levantar antes de llevárselo puesto y no dudó en despotricar por radio de la nueva maniobra peligrosa del holandés. Éste paró poco después en boxes a cambiar de gomas, confirmando lo errada de la estrategia, y a falta de nuevos M calzó un juego de S: todavía tendría que hacer otra parada. Y eso mismo quedó claro cuando apenas en el 22º giro Lewis Hamilton, que estaba rodando mucho más lento que Rosberg y Ricciardo pero sin aparentes problemas de degradación, visitó los boxes y decidió calzar otro set de blandos. De forma sorprendente, al británico le faltó velocidad a la hora de la verdad. Su remontada se cimentó en la suerte y no en un ritmo arrollador. El resto del pelotón paró en las siguientes vueltas, pero calzando medios para llegar hasta el final. No hubo importantes cambios de posición, aunque se rozó uno cuando McLaren soltó de su puesto de garajes a Alonso justo cuando Hülkenberg pasaba a su lado. El alemán estaba 5 centímetros por delante y eso le valió para atreverse a aguantar por el exterior en la salida del pit lane. Se tocó con Fernando, pero no perdió la plaza.

Ricciardo paró en la vuelta 25 para quitarse sus S y montar su único juego de M, y Rosberg no vio motivos para arriesgar y se detuvo un giro después para calzar el segundo de sus sets del flanco blanco. Todo lo que quedase por decidir tendría que hacerse en la pista. Y la acción estuvo de Alonso, 5º, para atrás. Felipe Massa volvió a demostrar el preocupante nivel tanto del FW38 como del propio brasileño en este 2016. Incapaz de pasar al español a pesar de la enorme diferencia en velocidad punta, el #19 perdió la 6ª plaza con Sergio Pérez y eso permitió al mexicano pasar sin problemas a Alonso para alcanzar la 5ª plaza. 22 puntos para Force India que a la postre significarían que el conjunto de Silverstone subía a la P4 en el campeonato de constructores, en detrimento de precisamente Williams. Felipe pasó a defenderse de un Vettel que un día más demostró su escasa efectividad para quitarse el tráfico. Después de perder varias vueltas detrás de un Verstappen con las ruedas muy gastadas (siendo repasado por el holandés por no saber gestionar la zona de DRS), Sebastian necesitó dos intentos para quitarse a Massa: en el primero se pasó de frenada en Les Combes y perdió lo que acababa de ganar. Cuando al fin lo logró, simplemente tuvo que aprovechar su velocidad punta para bajar una posición más a Fernando.

Felipe Massa fue superado por Sergio Pérez… y Williams por Force India en la tabla por equipos. (Fuente: Formula1.com)

El español ahora era 7º, pero de nuevo era su antiguo compañero de Ferrari el que estaba a su zaga: no había peligro. A Felipe le alcanzaron por detrás Bottas y Räikkönen, con el #77 más centrado en no protagonizar otro incidente con Kimi y tampoco tocarse con su compañero. En esa situación, otros equipos como Red Bull, Toro Rosso y hasta Mercedes y Ferrari habrían intercambiado posiciones para ver si el segundo piloto sí podía pasar adelante. Todos recordamos el buen trabajo de Ricciardo y Kvyat en Mónaco 2015, o lo que en Faenza intentaron hacer con Verstappen y Sainz en Singapur. Williams, sin embargo, no pareció tener esa idea en su cabeza en ningún momento. Era incomprensible que ni siquiera les diera un arrebato desesperado de ganar posiciones como fuera, pues en ese preciso momento estaban perdiendo la 4ª plaza por equipos, pero no fue hasta la vuelta 41 que Felipe, intencionadamente o no, fue sobrepasado por Valtteri. Al final la jugada les salió muy mal: Bottas no tuvo tiempo material para adelantar a Fernando y Räikkönen también sobrepasó a Massa, dejando el botín en un punto menos, y a 2 de Force India. Gloria para McLaren, que con esa P7 de Alonso superan a Toro Rosso de forma casi definitiva, y bochorno para Williams, que pierde la condición de mejor equipo privado.

Estos duelos eran los que estaba mostrando la televisión: por delante, no había ningún tipo de batalla. Con Hamilton parando una última vez para poner unos medios usados de la FP3, y adelantando fácilmente a Hülkenberg por la P3, no hubo más emoción. Nico Rosberg se proclamó vencedor con facilidad, pero su 20ª victoria no fue la más feliz de todas. Cuando se bajó del coche en el parque cerrado y vio que a su lado aparcaba el #44, se preguntó «¿qué hace este aquí?» y su sonrisa se agrió. Hoy era el día para recortar al mínimo el liderato de su compañero, si no eliminarlo, pero Lewis tuvo la fortuna que se le negó en las clasificaciones de China y Rusia. Tal vez sea casualidad que en 2014, las 2 veces que salió en la última posición también finalizase tercero. El caso es que el de Tewin salvó el match ball y, por mucho que su liderato se vea reducido a la mitad, sale reforzado de Spa. Nico tendrá que derrotarle en igualdad de condiciones si quiere ser campeón del mundo. Es duro, pero así es como se ha de ganar, ¿no?

Uno de los terceros puestos más satisfactorios para Lewis Hamilton. Sus opciones en el Mundial siguen intactas. (Fuente: Formula1.com)

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