Comienza una nueva vida

La motivación por lograr su sueño fue su combustible durante 25 años. El fin justificó los medios todo ese tiempo, ya fuera renunciando a una plaza en el Imperial College de Londres u obligando a su mujer a un fuerte sacrificio en el cuidado de su hija. Todo valía para proclamarse campeón de Fórmula 1. Pero a diferencia de los depredadores de la competición, Nico Rosberg no está dispuesto a seguir renunciando a su vida. Con el objetivo cumplido, ya puede pasar página estando en paz consigo mismo.

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Hacía 10 años del último gran bombazo en la Fórmula 1. Michael Schumacher, el hombre que reescribió la historia de este deporte, decía adiós tras una victoria y peleando por el campeonato del mundo. En lo más alto. Cuando la gente todavía se preguntaba «¿por qué te retiras?» y no «¿cuándo vas a retirarte?». Era cuestión de tiempo que alguien se viera en la misma situación que el Káiser y soltase una noticia de semejante alcance. Hasta tres campeones habían decidido en la historia de la F1 retirarse tras conquistar el título mundial (Mike Hawthorn en 1958; Jackie Stewart en 1973 y Alain Prost en 1993). El miedo a la muerte y la pérdida de motivación eran las causas más comunes. En 2016, Nico Rosberg ha decidido sumarse a la lista por una sencilla razón: no había motivo para seguir haciendo sacrificios.

Con un kart. Así comenzó el gran sueño de la vida de Nico Rosberg. Pero ahora que lo ha conseguido, toca cambiar de aires.
(Fuente: kart-channel.com)

El inesperado anuncio del vigente campeón mundial ha dividido al universo de la Fórmula 1. Mientras unos piensan que su retirada denota valentía e inteligencia en su decisión, otros ven cobardía y falta de compromiso con el deporte. Seguramente sus detractores se acuerdan de aquellas declaraciones de Lewis Hamilton en las que comparaba el hambre de él mismo con la de Nico. Seguramente no sean acertadas, pero sí que indican un poco la diferencia entre Rosberg y el resto de campeones. Todos hubieron de sacrificar lo mismo desde un punto de vista personal; simplemente su entorno se encontraba en niveles diferentes. Mientras el padre de Hamilton tenía que pluriemplearse para costear las aventuras de su hijo y los progenitores de Alonso desempeñaban tareas modestamente remuneradas en una fábrica de explosivos y en un supermercado, Nico era el hijo de un deportista de élite, y como tal tenía su porvenir asegurado. Stevenage y Oviedo no tenían nada que ver con Montecarlo, pero a la hora de correr primero en karts y luego monoplazas Lewis, Fernando y Nico tenían que tener el mismo talento natural, entrenar el mismo número de horas y vencer en las mismas categorías para alcanzar la Fórmula 1. Y Hamilton y Alonso tuvieron que sacrificar su juventud igual que Rosberg tuvo que renunciar a una plaza en el Imperial College de Londres para estudiar Aerodinámica y haber tenido mucha más seguridad en su vida profesional que como piloto de carreras. En lugar de eso, prefirió alistarse en el equipo ART de GP2 y ganar el campeonato, exactamente lo mismo que haría Lewis 12 meses después. Por tanto, atacar al de Wiesbaden sólo por haber tenido más fortuna al nacer no tiene sentido. Si ha llegado a lo más alto, ha sido haciendo tantos méritos como los demás.

Hora de tomar un nuevo camino. (Fuente: @nicorosberg)

La diferencia no estaba entonces en el automovilismo, sino en lo que había fuera de él. Como decimos, mientras otros no tenían nada más que el sueño de ser campeones, Nico sabía que de no conseguirlo no se iba a quedar en la calle. Para el resto, seguramente ganar una vez no fuera suficiente, porque la F1 era todo lo que tenían, y se convirtieron en animales competitivos que viven y mueren por la victoria. Pero para Rosberg siempre ha habido más cosas aparte del deporte. Su dedicación al mismo ha sido idéntica a la de sus rivales, pero eso era a costa de renunciar a cosas a las que no quería renunciar. Si lograba el objetivo, ya no había más justificación para seguir con los sacrificios. Y en el Gran Premio de Japón de este año lo comenzó a entender. «Ahora sí. Nico Rosberg sólo puede perder el campeonato del mundo de 2016. Porque a día de hoy, lo tiene en su mano», decíamos. Y esa gigantesca presión hizo rebasar el límite. Nico ya no podía dar más. Como él mismo mencionó en su discurso de retirada, corrió con mucho peso en la parte final de temporada. Y por tanto no tenía fuerzas para mucho más tiempo. En concreto, sólo para 4 carreras más. En esos 4 GGPP, nos pareció percibir que Lewis Hamilton había subido el nivel a cotas inigualables. Pero ese era el juicio que se hacía desde fuera, sin datos del interior. Ahora hemos podido comprender que aunque ambos W07 daban 702 kilos en la báscula de la FIA, el de Nico pesaba más. Tal vez por ello sólo daba para conseguir la segunda posición. El #6 tenía que soportar semejante lastre emocional durante esos cuatro domingos, pero con quedar siempre 2º le valía, y cumplió con su cometido. Y se liberó. Cuentan que su fiesta en Abu Dabi tras la carrera se alargó durante muchísimas horas, tantas como tensión tenía que descargar. Cuando se despertó el lunes ya era campeón del mundo. 25 años para esto. Y una vez logrado, había que pasar al siguiente objetivo. Ganar un título bien valía renunciar a formación universitaria o a cuidar de su pequeña hija, pero pelear por conseguir más ya sí que estaba injustificado en su escala de valores. Si tenía que sufrir como hasta entonces, ni de broma.

Así fue que Nico llegó a Viena para la gala de premios de la FIA y anunció al mundo su decisión. Una decisión que, viniendo de alguien como el alemán, tiene que ser correcta. Como dijo inmediatamente una voz reputada como la de Peter Windsor, «Nico Rosberg siempre fue demasiado inteligente como para ser sólo un piloto de F1«. Y otro nombre que dice adiós en 2016 como Ron Dennis declaró en su día que «la vida, incluso la vida empresarial, tiene muchísima más miga que ganar dinero«. Ya es campeón, ya es rico, así que Rosberg no necesita nada más de la Fórmula 1. Con apenas 31 años, a Nico le queda casi toda la vida por delante, una familia que disfrutar y miles de experiencias por vivir. Ahora, su sacrificio es renunciar a seguir conduciendo los bólidos más rápidos del planeta, a un notable salario y al reconocimiento público. Pero para el #6 no hay dudas: la balanza se inclina hacia Vivian y la pequeña Alaïa. Disfruta tu nueva vida, Nico. Te lo mereces.