A un paso de la victoria

La noticia más feliz de 2014 fue sin duda ver el resurgimiento de una escudería que lo ha sido todo en la Fórmula 1. Williams acababa su ostracismo de 3 años seguidos sin pasar del 8º puesto entre los constructores y se destapaba como un equipo capaz de subir a podios con regularidad. 2015 confirmó que, con su potente motor Mercedes y un chasis bastante competitivo a altas velocidades, lo del año anterior no había sido flor de un día. Pero los podios dejaron de ser tan habituales (sólo 4 en toda la temporada), y por ello algunos tildaron de «fracaso» su actuación. En 2016 se exigirá una victoria. ¿Podrá lograrla el equipo privado por excelencia?

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La tercera escudería más laureada de la historia de la Fórmula 1 está de vuelta. Lejos quedaron los años en los que Williams vagaba entre la Q1 y la Q2 y se citaba de forma recurrente la victoria de Juan Pablo Montoya en Brasil 2004 como la última del equipo (aunque en España 2012 Pastor Maldonado lograra por una vez conjuntar todos los ingredientes). El cambio a motores Mercedes se produjo en el momento justo, al introducirse los V6 Turbo, una arquitectura que los alemanes están demostrando dominar. Pero no sólo se debe poner el foco en el propulsor. Williams ha finalizado tercera entre los constructores tanto en 2014 como en 2015 superando al resto de clientes Mercedes (Force India y McLaren/Lotus) gracias a un par de chasis verdaderamente sorprendentes. Probablemente se haya notado la mano de Pat Symonds, antiguo ingeniero jefe en Renault en la época de los títulos de Fernando Alonso, que a mediados de 2013 llegó al equipo y se puso manos a la obra. Su primera aportación fue rediseñar la zona del escape en el desastroso FW35, que hasta Estados Unidos sólo había sumado 1 punto. En Austin apostaron por otro enfoque y de repente Bottas entró en Q3 y acabó 8º por méritos propios. Su sucesor, el FW36, demostró una velocidad punta superior a la de sus compañeros de motores, lo cual suele significar un escaso apoyo, pero sus resultados en pistas de curvas rápidas, como Silverstone, parecen indicar que aerodinámicamente el coche es una delicia. La explicación por tanto se debe explicar en las suspensiones, que parecen ser mucho más rígidas de lo habitual, propiciando así un mapa aerodinámico muy limpio, constante y manejable, y que permitía al bólido volar en asfaltos planos y curvones rápidos como los de Silverstone.

Massa y Bottas son pilotos felices. ¿Pero hay verdadera sed de victoria en sus miradas? (Fuente: diablomotor.com)

Pero más allá de los coches y departamentos técnicos, conviene echar un vistazo a aquello que nos apasiona: los pilotos. El debut de Valtteri Bottas en 2013, aunque apenas resaltara en los titulares por el pobre rendimiento del coche, fue verdaderamente positivo. Batió a Pastor Maldonado en clasificación y en la tabla de puntos, y todos recuerdan su descollante actuación bajo la lluvia de Canadá, calificando 3º, mucho más arriba de lo que su coche, como demostró Pastor, parecía permitir. A su lado recaló un experimentadísimo Felipe Massa, que liberado del «yugo» que supone tener al lado a un fuera de serie como Alonso ha vuelto a dar lo mejor de sí. Valtteri, como su compañero, tiende a un vértice tardío, su aplicación de volante relativamente agresiva, y con una característica tendencia a no modificar el grado de volante, compensando con los pies los posibles excesos o defectos de velocidad. Felipe, que ha pasado por múltiples estilos desde su asilvestrado debut en 2002 hasta su pulimento junto a Michael Schumacher en Ferrari, suele también tirarse tarde a la entrada de las curvas, pero su giro de volante suele comprender dos movimientos, y no uno constante como el de su compañero. Giro pequeño al principio, giro grande y agresivo en el vértice. Incluso demuestra más capacidad y experiencia que Bottas para aplicar otros conceptos de tipo «manipulador», como presión decreciente con giro creciente, que siempre le han dado resultado en curvas lentas. Los estilos no dejan de ser bastante similares y como su talento es comparable, no es de extrañar que la igualdad sea máxima, e incluso en circuitos de similares características la iniciativa la lleva uno u otro indistintamente. A la larga, tal vez la ventaja actual sea exiguamente para Bottas, y es de esperar que en puntos antagónicos en sus carreras deportivas Valtteri crezca y Felipe mengüe.

El FW37 brilló en circuitos planos y rápidos como Silverstone, donde Williams comandó la carrera. (Fuente: telegraph.co.uk)

Decíamos que, desde un punto de vista técnico, 2014 había sido muy positivo. Repitiendo el mismo puesto en 2015, se debería calificar esta última temporada también con buena nota. Sin embargo, han existido algunos puntos flacos. En primer lugar, la distancia con la cabeza ha aumentado, pasando de los 320 puntos de 2014 (a pesar de su mediocre inicio) a los 257 de este año. Se han sumado sólo 4 podios, por los 9 de hace 2 años, y las últimas carreras han mostrado que no sólo Mercedes y Ferrari estaban netamente por delante, sino que Red Bull y Force India también les habían superado. El FW37 fue una modesta evolución del FW36, manteniendo sus virtudes y también sus defectos: pésimo desempeño en circuitos urbanos y en condiciones de lluvia, producto todo ello de la exagerada rigidez de sus suspensiones. Además, su presupuesto es bastante inferior al que manejan McLaren y Red Bull, por lo que la evolución durante los próximos meses debería, como se vio en Abu Dabi, ir retrasando poco a poco a Williams. En cuanto al desempeño de sus pilotos en 2015, Valtteri sufrió un triste estancamiento después de su positivo 2014. Estuvo más igualado con Massa que en su primera temporada juntos, y su pilotaje en carrera desprendió cierta pasividad, hasta el punto de que el propio finés declaró que dejaría de ser tan timorato en 2016. Está bien intentar llevar el coche a la meta, pero Hamilton, Vettel y Alonso no son lo que son por falta de ardor. Veremos hasta qué punto le han afectado los extraños duelos que tuvo con Kimi Räikkönen en Rusia y México. Massa, a pesar de su experiencia y de que aún conserva cierta velocidad, no es un listón con el que Bottas deba compararse si quiere llegar a ser campeón del mundo. Un compañero de generación como Daniel Ricciardo ha batido a todo un Vettel; Valtteri no puede conformarse con batir día sí día no a un Felipe que durante sus últimos 4 años en Ferrari fue aniquilado por Fernando.

Y conformismo es precisamente lo que desprendió Williams en 2015, con sus ya famosas conservadoras estrategias que le costaron carísimo en Silverstone. Pero el equipo se ha mentalizado. 2016 debe ser distinto. Basta de pequeñas evoluciones y enfoques precavidos. Williams quiere volver a la senda de la victoria en 2016 y para ello hay que dar algunos golpes de timón. Symonds ya ha avanzado que se ha trabajado específicamente para solucionar los problemas en curvas lentas y en lluvia, es decir, el FW38 debería ser un coche más versátil, que se adapte mejor a las distintas pistas, y seguramente Felipe lleve la delantera inicial por contar con más bagaje técnico y un estilo algo más adaptable que el de Valtteri. Pero si está mal firmar la 2ª línea en Silverstone y desaparecer en Mónaco, también lo estaría quedar entre el 7º y el 10º en todo tipo de circuitos. El verdadero reto será hacer un bólido para calificar consistentemente en el top-5, y desde ahí esperar que, a nada que haya un poco de suerte, un día se pueda conseguir la anhelada victoria. La pregunta es evidente: ¿estará la pacífica y tranquila Williams preparada para un desafío de tal calibre?